El gobierno provincial de Santa Cruz, a través del proyecto de soberanía alimentaria “En nuestras manos”, llevará adelante una serie de capacitaciones para potenciar la producción de gírgolas. El objetivo es abastecer la creciente demanda a nivel nacional de este alimento, así como avanzar en la exportación a países vecinos.
La producción de hongos, si bien es de larga data en el país con ensayos en 1941 con champiñones, siempre ha sido un rubro de nicho, abocado a abastecer una incipiente demanda interna. En la última década, con la irrupción de este alimento como un elemento base de platillos étnicos que se integraron al paladar argentino, también llegaron programas como el ProHuerta impulsado por el INTA para potenciar su producción. Así, localidades como Los Antiguos, Lago Posadas y Perito Moreno, comenzaron a ver surgir los primeros emprendimientos allá por 2019 luego de múltiples años de trabajo.
Hoy, el mercado interno demanda más que nunca este bien: su versatilidad para servir de sustituto en platos a las carnes lo vuelve una opción popular entre veganos y vegetarianos, ahora con oferta gourmet en las principales urbes del país. La gírgola, o champiñón ostra, es ideal para el clima patagónico: creciendo en climas templados y sobre el álamo tan característico de la zona. Así, también se detectan emprendimientos similares en Chubut y Tierra del Fuego, abocados tanto a la gírgola como el hongo shiitake.
Entendiendo este cambio en el consumo, desde la provincia de Santa Cruz buscan introducir nuevas herramientas a productores, haciendo foco en el esquema cooperativista, acercando también una posibilidad de empleo genuino. En esa misma línea, se tiene por objetivo informar sobre el uso de los hongos en la gastronomía de cara a la comunidad, ampliando el abanico de alimentos en la construcción de una soberanía alimentaria.
Casos exitosos como el GirgolAr en los Antiguos, que cuenta con 3000 troncos en producción y fue parte del proyecto del INTA, hablan de una posibilidad de desarrollo sustentable real, aprovechando las ventajas comparativas de la Patagonia y abriendo las puertas a un mercado regional de los hongos.